Nos convertimos en víctimas de víctimas cuando nuestra
necesidad de ser amados eclipsa nuestra necesidad de ser respetados. Al final,
todo lo que conseguimos es lo que hemos decidido, ni más ni menos.
Llevar consigo un legado de dolor es siempre una elección
irresponsable. Todos somos responsables de nuestros actos y de controlar
nuestro propio dolor para que no influya en los demás.
Cuando dejas que los juicios de los demás sean más
importantes que los tuyos, estás despreciando tu propio poder.
Nuestro poder es inmenso, pero como todo, se debe reconocer
y practicar para que no permanezca dormido.
Si me sigo sintiendo mal tras saber todo lo que se ahora, es
porque saber es una cosa y sentir es otra muy diferente. Es posible que mis
sentimientos tarden un tiempo en ponerse al mismo nivel que mi conocimiento,
pero con paciencia, llegará el momento.
Con frecuencia la gente que no se siente merecedora de amor
duda del cariño de los demás, pues se sienten indignos.
Para poder amar
a alguien de verdad primero debemos amarnos a nosotros mismos, aceptar todas nuestras partes para transformar la sombra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario