Cuando algo te
molesta fuera, sea una persona, situación, pensamiento sobre nosotros mismos, o
cualquier cosa, lo PRIMERO es reconocer, aunque sea con la boca pequeña al
principio, que lo que pasa fuera es una proyección de nosotros mismos, de
nuestro interior, no necesariamente en la misma forma en que lo vemos fuera, pero
sí en el fondo, por ejemplo, si una mujer está molesta porque su marido bebe,
puede ser que ella no beba pero también tienda a tapar y esquivar sus problemas
en vez de enfrentarlos, la mayoría de las veces se trata de cosas que nos
hacemos a nosotros mismos, por ejemplo, si me siento engañado por alguien
probablemente yo me engañe a mí mismo,
este primer paso
de responsabilizarnos al 100% de lo que creemos que nos han hecho libera
a la otra persona de su error, de su "pecado" y me permite verla más
allá de su ego; el poder responsabilizarnos implica comprender y aceptar que cualquier cosa que haya
interpretado fuera es algo que ya estaba en mí y que filtró el acontecimiento
en torno a esa programación,
no es necesario
que te sientas bien inmediatamente, de hecho normalmente uno sigue sintiendo
rabia o malestar respecto a lo que ha pasado o hacia la persona de la que
procede, pero tú reconoces dentro de ti que esa percepción es errónea,
ya que nada real (lo único real es el amor) puede quitarnos la paz.
es asimismo muy importante no culparnos a nosotros mismos tras reconocer que lo que pasa afuera
es nuestro, pues es falso, no tendrá consecuencias en nuestra realidad,
desechamos el pecado, pero reconocemos los errores, y podemos hacerlo sin miedo porque sabemos que pueden ser corregidos,
una vez identificada la idea, debemos soltarla,
debemos conectar con una voluntad interna de soltar la idea limitante y de ver la situación de otro modo, de un modo que no nos dañe,
nos dirigimos a la parte de nuestra mente que es dios, que es luz, esencia o verdad, el “espíritu santo” en términos de UCDM (Un Curso de Milagros), cada uno lo llame como quiera, y ahí volcamos nuestra voluntad de soltar, de que se nos muestre la verdad de la situación, es decir la inocencia, de modo que nuestra culpa quede desecha,
hace falta esta orientación interna, pues la luz no se puede imponer y necesita ser invitada; la verdad de la situación deshace la culpa porque la verdad siempre es amorosa hacia TODOS, uno mismo incluido.
Es decir, decidimos no culpar ni juzgar al otro ni a nosotros mismos,
desechamos el pecado, pero reconocemos los errores, y podemos hacerlo sin miedo porque sabemos que pueden ser corregidos,
Entendemos que la causa de lo que sea que nos esté provocando sufrimiento es una idea falsa en nuestra mente, una creencia del ego, de nuestra falsa identidad, de la cual no sólo nos responsabilizamos sino que además debemos identificar,
una vez identificada la idea, debemos soltarla,
debemos conectar con una voluntad interna de soltar la idea limitante y de ver la situación de otro modo, de un modo que no nos dañe,
nos dirigimos a la parte de nuestra mente que es dios, que es luz, esencia o verdad, el “espíritu santo” en términos de UCDM (Un Curso de Milagros), cada uno lo llame como quiera, y ahí volcamos nuestra voluntad de soltar, de que se nos muestre la verdad de la situación, es decir la inocencia, de modo que nuestra culpa quede desecha,
hace falta esta orientación interna, pues la luz no se puede imponer y necesita ser invitada; la verdad de la situación deshace la culpa porque la verdad siempre es amorosa hacia TODOS, uno mismo incluido.
Es decir, decidimos no culpar ni juzgar al otro ni a nosotros mismos,
ni atacamos ni nos sacrificamos,
hay que confiar en que esa parte de nuestra mente existe y en que somos escuchados, el resto se hace solo, poco a poco vamos percibiendo diferente y sintiéndonos mejor, no se sabe cómo,
hay que confiar en que esa parte de nuestra mente existe y en que somos escuchados, el resto se hace solo, poco a poco vamos percibiendo diferente y sintiéndonos mejor, no se sabe cómo,
da igual lo que
creamos que hayamos hecho, no hay error que no se pueda corregir, aunque tú no
puedas imaginar cómo, como dice el I Ching, el sabio sabrá como hacer que lo
imposible ocurra,
recuerda que no
se te pide que te sientas bien inmediatamente ni que tengas que ser
invulnerable a los aparentes ataques de los demás, ni que no te actives internamente, simplemente se te pide una
pequeña dosis de buena voluntad, a saber:
- darte cuenta de cuando te activas internamente, de cuándo te sientes mail,
- reconocer que
estás cometiendo un error (pues te sientes mal),
- aceptar la responsabilidad de que la causa de tu malestar no es otra persona o un suceso sino una idea en tu mente (una creencia que marca la interpretación del hecho)
- identificar la idea limitante (aquí puede ser útil la terapia individual)
- aceptar la responsabilidad de que la causa de tu malestar no es otra persona o un suceso sino una idea en tu mente (una creencia que marca la interpretación del hecho)
- identificar la idea limitante (aquí puede ser útil la terapia individual)
- conectar con la voluntad de soltar esa idea (soltamos nuestras "razones") y pedir a la luz
en ti que te muestre la verdad de la situación, es decir, la inocencia,
- confiar en que el proceso de sanación de la mente está en marcha
y finalmente
tener en cuenta también que todo este proceso no tiene que ver con lo que hagas
o dejes de hacer con la situación, sino con lo que piensas de ella, la cuestión
es desde qué parte de tu mente vas a actuar o no actuar, desde tu mente
correcta (el amor) o desde tu mente errada (el ego);
lo que expuse
arriba es el camino del amor, del perdón, a través del cual puedes llegar a
aceptar el perdón para ti mismo y liberarte de tu culpa,
es decir que
pensar y procesar de este modo no quiere decir que no debas expresar tu
malestar o tus necesidades o poner límites, o decidir separarte de una persona,
si así lo deseas o lo exige el amor por ti mismo, siempre y cuando se haga sin atacar, lo importante es el proceso mental, el lugar de comprensión desde
el que se actúa,
tampoco debemos
expresarnos con la intención de manipular las situaciones, es decir, esperando
un resultado determinado, sino por nuestro propio proceso evolutivo: ser
capaces de expresarnos con amabilidad habla del amor por nosotros mismos y de
nuestra autoconfianza y capacidad de apertura: la base de las relaciones,
al principio no
es fácil pero SIEMPRE se obtienen respuestas, y cada vez más, con lo que cada
vez es menos difícil.
Este proceso es
una oración bien entendida en donde no pedimos nada externo que nuestro ego desee
o que crea que le conviene, en primer lugar porque no sabemos lo que nos
conviene, pues nuestro entendimiento y percepción no son fiables, y en segundo
lugar porque flaco favor se nos haría si Dios o quien fuese alterara la lógica
sucesión entre causa (mente) y efecto (resultado externo, en el cuerpo o en los
acontecimientos que nos suceden), ya que el mensaje de esto sería que nuestra
mente no tiene poder,
lo que nos
orientamos a pedir en cambio es el ENTENDIMIENTO necesario para aceptar, amar,
entender, trascender y vivir con paz, cualquier cosa que nos esté pasando, pues
también sabemos que todo en el destino de cada cual es pertinente y que no se
nos pondrá más de lo que podemos manejar, y que finalmente todo sufrimiento es
una ilusión de la que se nos están dando las herramientas para deshacer.
Si tenemos esta
pequeña dosis de buena voluntad de poner en práctica, sincera y
persistentemente este proceso del perdón, vuestra mente se transformará,
comenzará a ver por otro lado, el de la inocencia, sin excepciones, y veremos
al mundo transformarse ante nuestros ojos, esto es el milagro.
Buena práctica.